Viernes, 8 de octubre, 1920
Últimamente, como hemos informado, se verificó en Londres un gran Congreso de Scoutismo, en el cual participaron delegados de los cuer
pos de scouts de casi todas las naciones del mundo.
Nuestro país se hizo también representar en ese torneo internacional por numerosos delegados, cuya labor fue tomada muy en cuenta por los adherentes al Congreso.
En respuesta a una nota que el directorio general de la institución le envió con los delegados chilenos, el jefe de los boy-scouts ha dirigido a aquél una interesante comunicación, en la que señala los puntos más importantes que fueron tratados en el Congreso. Esta comunicación dice como sigue:
“Asociación de Boy-Scouts, Cuartel General Imperial,
25 Buckingham, Palace Rod. Londres,
Agosto 19 de 1920.
Estimado señor:
Fue para mí un gran placer recibir su muy amable carta en la cual incluía usted los puntos de discusión que proponía para el Congreso Internacional de Boy-Scouts celebrado en Londres.
Fue para nosotros, también, un gozo especial, dar la bienvenida al gallardo contingente de boy-scouts de su patria, y debo añadir que fue un placer adicional para mí dar la mano a cada uno de ellos, sintiéndome otra vez entre amigos de Chile.
El Jamboree, como seguramente se lo dirán estos niños, tuvo el éxito de reunir los representantes del scoutismo de 22 países.
Los muchachos formaron amistades que espero han de perdurar por muchos años y que contribuirán, en gran escala, a asegurar la paz del mundo por medio de un sentimiento teórico de concordia. Los directores del scoutismo de los diferentes países que concurrieron al Jamboree celebraron dos asambleas. En estas asambleas, Chile estuvo representado por el señor Tomás de la Barra.
En estas reuniones, los puntos presentados en el memorándum enviado por usted fueron discutidos y tomados en cuenta, y las principales conclusiones a que se llegó, establecen que, sin formar propiamente, una liga de las diferentes asociaciones, se fundara, por el presente, una oficina central en Londres que fuera el medio de comunicación internacional entre los diferentes países, sirviendo, al mismo tiempo, para divulgar toda la información de beneficio general y común.
El Congreso de Oficiales Extranjeros del Scoutismo, debe reanudarse cada dos años; se acordó también celebrar el próximo en París, en 1922. Espero tener la ocasión de saludarlo, personalmente, a usted y a otros miembros de su asociación es esa reunión.
En la reunión final del Jamboree, las naciones ahí representadas me hicieron el honor de nombrarme jefe scout, y, en ese carácter, yo presenté la siguiente obligación que fue aceptada unánimemente por todos. En esperanza de que encuentre también su aceptación, tengo el honor de remitírsela.
Si en algo puedo servir al progreso del scoutismo en Chile, usted puede estar seguro de que en ello pondré todo mi empeño.
Mientras tanto, sírvase aceptar mis cordiales agradecimientos por haber enviado un contingente tan selecto y admirable y mis mayores anhelos de progreso y ventura para todos los scouts de Chile.
Lo saluda afectuosamente,
Robert Baden Powell”
La siguiente es la obligación a que se alude en la carta que dejamos transcrita:
“Hermanos scouts:
Os pido formar un voto solemne.
Existen diferencias en el pensamiento y en el carácter entre los pueblos de la tierra, tal como existen diferencias de idioma y de constitución física.
La guerra nos ha enseñado que cuando una nación trata de imponer su voluntad particular sobre otros pueblos, surge una cruel reacción.
Por otra parte, el Jamboree nos ha enseñado que por el buen entendimiento y mutua tolerancia se establecen los ideales comunes y la armonía humana.
Si estos conceptos merecen vuestra aprobación, esforcémonos, entonces, para desarrollar entre nuestros niños un espíritu tan acendrado de camaradería que, por medio del espíritu de hermandad que existe entre todos los scouts del mundo, reine desde ahora entre los hombres la paz y la buena voluntad.
¿Aceptaréis uniros a esta noble empresa?”
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